Como cualquier mujer que ha sufrido la partida de un hijo estaba escéptica aún no deseaba crear expectativas ni ilusiones pero inevitablemente llegaron con el paso del tiempo; sin importar el diagnostico que semana tras semana recibimos posteriormente.
Recuerdo que planeamos un fin de semana en pareja; deseábamos tanto tomarnos unos días fuera de la rutina y de paso celebrar nuestro primer aniversario de bodas. -¡no sabíamos lo que nos esperaba al retornar de esos días!- Ese mismo fin de semana decidimos en medio del temor realizarme una prueba casera. Después de casi más de un año y medio, y tras muchas pruebas negativas en ese transcurso de tiempo al fin recibimos un POSITIVO. Estábamos extasiados, felices pero en mi caso con todas las alertas encendidas NO DESEABA PERDER ESTE BEBÉ; inmediatamente comenzamos a divagar de como cambiaría nuestra vida, de que íbamos hacer con respectos a cosas triviales de la vida.
En pocos días cumpliría años así que decidimos volver pronto a la ciudad someterme a un examen de laboratorio e inmediatamente con la excusa de celebrar mi vida comunicar en medio de la fiesta a familiares y amigos más cercanos que pronto seriamos tres. Ese fin de semana todo salio bien más de lo que pensamos sin embargo eso fue por muy poco tiempo pese a que ya habíamos tenido nuestra primera consulta prenatal lo que más temía se volvió un asunto eminente; esa misma semana un miércoles comencé a sangrar inmediatamente corrimos a emergencias desde este día por un mes completo escuche las palabras más desalentadoras y sin embargo en un acto de amor más grande que cualquier cosa me vi obligada a cambiar mi rutina en pro de la vida de ese pequeño ser que tanto anhelamos.
Mis días siguientes trascurrieron en visitas al doctor, largos días y noches, reposo absoluto, exámenes de laboratorio y lo más importante MI MENTE, MI ESTADO DE ÁNIMO. LLORAMOS A ESTE BEBÉ MUCHO ANTES DE QUE PARTIERA DEL TODO DE MI VIENTRE ....si producto de un médico que en mi humanidad considerare cruel ante lo que nos dijo en consulta aquel día pero que al final reconocía que no había nada que hacer pero nuestros corazones nos dictaban hacer hasta lo imposible -¡morir con las botas puestas!- En esta primera ocasión me dan las indicaciones de suspender toda la medicación que había estado tomando y me daban una semana para expulsa un saco no paso nada retorne al hospital en esta ocasión agradezco la delicadez y sutileza en el tacto para con nosotros tuvieron los médicos de turno de ese día.
Para sorpresa de las tres personas que estaban en ese consultorio (mi esposo, el médico y yo) de forma casi celestial o milagrosa escuchamos un corazón latiendo; inmediatamente retomamos la medicación y esperamos una semana más ya que desde el principio lo que fuera que los médicos vieran no era suficiente para los estándares establecidos a las semanas correspondientes que presentaba. A la semana siguiente retornamos a la consulta como se nos indico pero tras un cambio de equipo para ver mejor la ecografia no recibimos noticias positivas eco tras eco no se veía bien el bebé. Nuevamente nos mandan a esperar unos días más con la expectativa que quizás fuera un embarazo muy temprano. En este punto el nivel de agotamiento emocional y en mi caso físico decidimos aceptar lo que fuera; visitamos el consultorio del doctor y esta vez nos indica más exámenes de laboratorio como último recurso; nos explica que se llama sub-beta cuantificada y que ahí veremos en que "cantidad" me encuentro en estado de embarazo si es alto estamos bien pero si es bajo el embarazo no es ni fue exitoso. Llegó el día en que debíamos retirar los resultados y vernos con el médico una vez más....literalmente y perdón la expresión me sudaba todo un par de horas antes mi estomago se resintió y de repente ya estaba ahí otra vez sentada justo enfrente de quien me daría una de las noticias más importantes.
Tras largas explicaciones....la noticia era NO HAY EMBARAZO EXITOSO, te damos una semana para que de forma natural lo expulses y sino debemos hacer un legrado. Recuerdo no haber volteado a ver a mi esposo ni un segundo en mi imagen mental solo esta la voz del doctor en eco mientras continuaba hablando, las paredes blancas y algunos artículos negros que se encontraban en su consultorio; comencé a sentir un nudo en la garganta pero mis ojos se encontraban secos ya había llorado prematuramente la partida de este pequeño. Al salir del consultorio nos tomamos de la mano y tuve esa misma sensación de seguridad que cuando mi esposo me dice "todo va a estar bien" no se en que medida o cuando porque durante esta experiencia como con mi primera perdida he cambiado ya no son la que había reconstruido hace casi 7 años, mis cambios de humor varían, me siento aturdida y absorbida por mi misma, en ocasiones las lagrimas simplemente acarician mi rostro en cualquier ocasión en simple silencio.
Han vuelto a resonar las mismas preguntas que en aquella primera ocasión me hice:
-¿Dónde esta Dios? ¿Mi fe no es suficiente para vivir el milagro de la vida?
-¿Cuáles son los planes ahora?
-¿Porqué a mí nuevamente? ¿Qué hice mal para ser castigada así?
-¿Podré ser madre algún día?
Y a pesar de la montaña rusa en la que estuvimos sumergidos por un mes agradecemos inmensamente la posibilidad que la vida nos dio de sentir y enlazarnos emocionalmente con este bebé que jamás olvidaremos y siempre guardaremos en nuestro corazón por esos dos meses de vida en mi interior.
Dra. Leslie Corrales S.
Mamá de Abigail y Bb
Presidenta FUNDABIR
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