05 septiembre 2020

Me convertí en ella


Descubrí sin querer que me convertí en mi madre. ¡Sí, en mi madre!

En mi madre cuando comencé a manifestar cuidados y atención en sobre manera para con los  míos, a través de los cuales expreso continuamente cuánto les amo y el valor que tienen para mi vida. 

En mi madre cuando me comencé a negar así misma una y un millón de veces por los demás; para que estos gozaran de  bienestar y armonía en un lugar al que llamó hogar. 

En mi madre cuando aún cansada logró hacer lo que otros me piden: ese favor, ese vaso con agua, ese masaje, ese té para calmar el dolor, ese antojo para comer y tantas cosas más. 

En mi madre cuando aún con el corazón roto y el alma en pedazos trato de mantener a los que más amo e importan unidos.  

En mi madre cuando entro en la intimidad de mi habitación para clamar por ayuda y presentarle mis peticiones a  Dios. 

En mi madre siempre, en mi madre. En mi madre cuando me relaciono con otros. Al ser consciente de que reproducía con éxito o sin el sus mismas reacciones funcionales o no.  

Me convertir en mi madre sin querer a través de sus enseñanzas y el tiempo compartido.  Al fin después de un largo viaje conecte con su sabiduría, con sus lágrimas, con sus palabras y consejos. 

Hoy trato de ser la mejor versión de esa súper heroína llamada mi madre a través de la que reconozco que son un espejo inconsciente. 


Autor Leslie Corrales S.
Presidenta FUNDABIR
Lic. Psicología 
Mamá en Duelo

No hay comentarios:

Publicar un comentario