El duelo es una reacción normal y necesaria frente a una pérdida en nuestro caso la partida de nuestros hij@s. Al elaborar un duelo existe una "perdida de algo" y "ganancia de algo"; también se dice que el duelo es proporcional al lazo afectivo.
Pese a las definiciones y argumentos sobre este proceso sin lugar a dudas la experiencia dicta otra cosa inclusive podemos comparar el proceso del duelo con el proceso de cicatrización de una herida. A partir del cual surgen las siguientes preguntas: ¿cuánto dura este proceso? los expertos hablan de 6 meses a un año para superar una perdida mi opinión personal es que no existe tiempo limite para hacerle entender al corazón y la mente la ausencia de a quienes debimos proteger; este duelo rompe con los esquemas de la ley de la vida en la que los hijos son los que deberían despedir a los padres, por tanto, el tiempo que nos tarde superar su partida es personal ya que no todos somos iguales ni poseemos los mismos recursos internos y externos. Otra de las interrogantes durante esta crisis existencial es comenzar a cuestionarnos ¿quienes somos? ¿existe vida más allá de la muerte?
Es un proceso que requiere de tiempo, energía y disposición individuales y para aquellos que están en pareja la capacidad de compartir y acompañarse en conjunto. Sólo yo soy responsable de resolver saludablemente mi duelo nadie lo puede hacer por mí. Es un instrumento que sirve para ayudarme a crecer, madurar y desarrollarnos ya que representa una experiencia trascendental en la vida si logramos aprender a expresar lo que sentimos interiormente sin censura.

El duelo es una experiencia sumamente dolorosa que se vive a nivel bio-psico-socio-espiritual (afecta todas las áreas en las que de desenvuelves) pero para algunos es tan difícil salir del hoyo negro en el que todos nos sumergimos en los primeros momentos tras recibir la terrible noticias que ya no viven más entre nosotros. Creo fielmente que como padres en el trascurso de este proceso necesitamos contención, comprensión y empatía de todos a nuestro alrededor porque una parte de nosotros murió con ellos ese día al mismo tiempo que interiormente se inicio un replanteamiento de la vida misma, de la forma de ser y ver al mundo, los vínculos con otros. El decir "hasta pronto" a nuestros hij@s genera una crisis existencial como anteriormente mencionaba tan grande que el peligro es quedarnos perdidos en el camino.
Decimos "hasta pronto" y no "adiós" porque debemos guardar la esperanza del reencuentro con nuestros hermosos ángeles en el cielo. Nunca pierdas la fe por más oscuro que parezca el camino.
¡Juntos podemos salir adelante, por esta razón existimos!
"LO QUE ES BUENO PARA UNO, NO NECESARIAMENTE ES BUENO PARA OTRO"
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