15 abril 2015

Las Etapas del Duelo

   En el dolor producido por el duelo es total. El dolor es biológico (duele el cuerpo), psicológico (duele la personalidad), social (la forma de ser de la sociedad), familiar (duele el dolor del otro) y espiritual (duele el alma). 

  El objetivo del duelo es la expresión sana a los sentimientos, calmar el sufrimiento producido por la separación física del ser amado, aceptar la realidad de la muerte y amar en otra forma a quien partió a partir de la transformación del vinculo. En el proceso encontrar un nuevo significado a la vida. 

ETAPAS DEL DUELO

     Al transitar por el proceso de duelo atravesamos por una serie de etapas, es decir, es como un ciclo por el que todos debemos pasar independientemente del orden en el que se experimenten. Cada estadio posee características propias como una variedad de respuestas humanas ante la perdida que resultan normales y esperables. 

    Diversos autores describen el desarrollo de 5 estadios u etapas, fases que pese a ser nombradas diferentes tienen las mismas características:

ETAPA DE IMPACTO Y NEGACIÓN

   Es un estado de desconcierto y embotamiento emocional que se experimenta como una sensación irreal y la presencia de conductas automáticas. Las personas se sienten o ven a sí mismas en una pesadilla, de la cual desean despertar. 

  La noticia por la muerte del ser querido produce un intenso dolor al mismo tiempo que miedo, angustia y culpa. 

 Se trata de un estado protector que sirve para dar tiempo a asumir la información recibida y puede durar horas o incluso algunos días

ETAPA DE RABIA O ENOJO

   Inicia durante el proceso de duelo el camino más largo y doloroso, aquí se empieza a tomar consciencia del impacto de la pérdida

   Los sentimientos de enojo estarán presentes con distinta intensidad durante el proceso, la misma es dirigida al ser querido fallecido, a sí mismos, amigos, familiares, objetos inanimados o inclusive personas extrañas. 

   La frase que podría contener la esencia de esta etapa es “¿Por qué yo? ¡No es justo!”, “¿Cómo puede sucederme esto a mí?” Esta comprensión del “por qué” de las cosas puede ayudarte a encontrar una cierta paz.

   Suelen aparecer también sentimientos de injusticia y desamparo junto con problemas como insomnio, pesadillas o sueño no reparador.En este momento podemos sentirnos con menos capacidad de concentración y tener pérdidas de memoria. Nuestro apetito en general también se ve afectado y nos resulta muy difícil disfrutar de las actividades cotidianas.

ETAPA DE DES-ORGANIZACIÓN O DESESPERANZA

    Empezamos a tomar consciencia de que nuestro ser querido no volverá. Se vive con la ausencia física y con el silencio que produce la ausencia. 
  
  En este período es habitual experimentar apatía, tristeza, desinterés, trastornos del sueño, falta de libido y apetito, depresión, cansancio, falta de voluntad, se llora con facilidad o irrita o explota, etc. Se siente que se esta fuera de balance, el equilibrio de la rutina se perdió.  

   Existe un profundo deseo y necesidad del ser querido que partió. El dolor no es constante viene y va. 

    En esta etapa llena de conflictos surge la culpa real o imaginaria, aparece con sentimientos y pensamientos de “SI HUBIERA . . .” La culpa puede tomar varias formas: sentirse culpable de estar vivo, autoacusaciones, culpa fantasiosa.  Recapacitar de lo ilógico que es sentir culpa por algo que no podemos cambiar y que no estuvo en nuestras manos hacerlo, disminuirá la culpa y allanara el camino para la resolución de un duelo sano.

ETAPA DE CICATRIZACIÓN O RE-ACOMODO

    Esta etapa se caracteriza por afrontar la nueva situación, realidad y reorganizarnos con la propia existencia. Aquí, el recuerdo de nuestro ser querido empieza a transformarse en una emoción reparadora, podemos recordar sin llorar sin que duela todo el tiempo. 

   Cada vez, nos iremos adaptando con mayor tranquilidad a la realidad de esta gran pérdida.

   La vida ya no volverá a ser la misma, porque la pérdida deja un vacío irremplazable. Cada uno tiene que seguir su propio camino y su propio tempo, conscientes de que es un proceso que precisa nuestro esfuerzo. El objetivo es conseguir avanzar en la reconstrucción de una vida con un nuevo significado, que nos servirá de ayuda en la maduración y el crecimiento personal.

ETAPA DE RECUPERACIÓN Y SANACIÓN

   En esta etapa retomamos el control sobre la vida. Es tiempo de dejar partir e iniciar nuevas relaciones. El doliente esta ahora listo para perdonar y pedir perdón al difunto por las faltas y heridas que hayan marcado su relación. Esta también dispuesto a perdonarse a si mismo y a dar gracias al ausente por la experiencia que le ha heredado.
 
   Cuando estás inmerso en el dolor del duelo te parece que nunca vas a poder salir de ahí, porque lo único que quieres es tener a ese ser querido de nuevo y, al mismo tiempo, sabes que nunca la vas a recuperar...un miedo recurrente es el de olvidarlo al pasar la página; cuando el duelo termina le damos un lugar especial, intimo y único en nuestras vidas, un lugar donde la muerte no puede llegar, donde podremos seguir queriéndolo siempre, donde el amor que nos dio permanecerá intacto y que nos permita abrirnos de nuevo a la vida que sigue. El duelo es un camino con avances y retrocesos a lo largo del proceso.
  
                “Quien tiene un PORQUE VIVIR, encontrará siempre el COMO”

No hay comentarios:

Publicar un comentario