21 julio 2016

¿La entregue?

Han pasado casi 6 años...en un día cualquiera me halle sentada ahí en ese lugar donde el silencio o la serenidad se posa, no sabría definirlo con exactitud. Ahí estaba yo sentada al lado de su lápida mirando al horizonte en busca de algo que ni yo misma podría decir justamente ahora. 

En ese momento estaba atribulada lo que yo llamaría ahogada por la vida y las obligaciones; simplemente quería pensar y respirar ese no sé que existe en ese lugar. Quería hallar respuestas a las dudas e incertidumbre que me agobiaba aquel día; no sabia que hacer...debía tomar decisiones respecto a dónde quería dirigir mi vida ahora. Todo ha cambiado mucho desde aquel día en el que la vida se empeño en arrebatarme lo que yo creía para ese entonces era mi familia, aquel día en el que juré jamás volver amar con la intensidad que lo hice y en la que conocí la perfección ella un pequeñito ser que portaba parte de mis entrañas. 

Y de pronto me halle en un diálogo unilateral rogando al cielo y mi ángel intercedieran por la única petición que ocupa mis pensamientos y el corazón de una madre con los brazos vacíos: una nueva oportunidad.  De pronto me di cuenta que el viaje que recorrí hasta ese día no había sido en vano no sólo en los esfuerzos hechos por alzar la voz, educar e informar a la sociedad sobre nuestras pérdidas sino que he conocido y adquirido no lo llamaría conocimiento sino sabiduría de cientos de personas con las que me he cruzado en un enorme privilegio. También reconocí lo que pensé no poder hacer tiempo atrás: la había entregado hace algún tiempo sin percatarme. 

Contáctenos al ( 506 ) 2237 6599 / 8619 6207
Al correo fundabir2011@gmail.com 
¿Cómo entregado? Sí, la solté. La deje irse, volar muy alto hacia no sé dónde y qué sin embargo mi corazón lo llama cielo. Si me preguntas cómo lo hice o cuándo no sabría decirle pero estoy segura que una serie de acciones que emprendí tras la partida reciente me ayudó aquel deseo de que no muriera cuando había muerto me obligó a empeñarme  día con día a que mi hija no podía ser olvidada, que las personas debían saber quien era y sobre todo hablar de ella. Hoy sin lágrimas en los ojos ¡esto se los aseguró!  puedo decir con mi corazón que ya  no lo necesito me es suficiente amarla y recordarla por mí misma y si alguien mas lo hace que bendición pero no están en su obligación.

El duelo me enseñó un nadie aunque lo deseemos va a estar en sintonia con nuestro proceso, con nuestro dolor. Que aunque se que este posts  pueda no gustar te lo voy a decir deja de cargar con tus muertos, no los lleves más como una sombra detrás de ti. Si hay días de dolor pero date permiso de avanzar de seguir con la vida en una forma de homenaje a quienes partieron ya hace algún tiempo. 

Hoy sólo  quiero abrir mis brazos a lo que no sé que me espera el día de mañana y a lo cuál creo estar lista par recibír. No te presiones, ya llegará tu tiempo. 

Mamá de Abigail 


No hay comentarios:

Publicar un comentario