Hoy me atrevo a escribir lo que por
mucho tiempo he callado en medio de apariencias y disimuladas felicitaciones a
quienes en algún momento del transcurso de mi Duelo me ganaron en esta carrera
que suelo llevar con la maternidad como lo llamo yo desde hace un par de años. Para
algunos este blog les parecerá hiriente especialmente para aquellos que me
conocen personalmente y lamento que sea así nunca será mi intención sin embargo
en la mayoría de sus anuncios al mundo que habían alcanzado su promesa en medio
de miedos y preocupaciones por el cuidado prenatal, entre otras cosas llore desconsoladamente en mi habitación porque alguien más que no era yo se encontraba embarazada. Me
siento molesta con mi cuerpo, conmigo misma y con la ciencia por no darme una
respuesta certera sobre mi condición.
Mientras anunciaban la bienvenida a ese
pequeñito/a muchas veces di palabras de aliento o fui su confidente en medio de
la búsqueda mientras se pasaba por alto que yo misma tenía una batalla que
lidear y por la cual lucha día con día…llego a sentirme frustrada y creer que
no llegara ese anhelado arcoiris para mí. Quiero mantener la fe y la esperanza
pero cada día que pasa se disuelve más en este punto debo agradecer que por al
menos una vez experimente lo que es ser madre (esto me lo enseño una amiga con
la que comparto este viaje llamado Duelo) lo disfrute con el alma aunque siento
que se me fue negado compartir siento de experiencias más. Por una sola ocasión
agradezco al cielo por convertirme en madre de un ángel.
Cada día la incertidumbre me invade; viviremos el resto
de nuestras vidas siendo una familia de dos y un ángel.
No puedo describir exactamente que siento cuando
sus vientres comienzan a crear y sentir vida; les puedo asegurar que no es
envidia sin embargo comienzo a cuestionarme: ¿por qué ustedes si y yo no?, ¿qué
tienen?, ¿qué me hace falta?,
¿qué las hace mejores candidatas para abrazar su
promesa tan pronto?
Siento que el tiempo ha sido eterno quiero creer
que llegara pero me estoy rindiendo debo admitirlo por primera vez. Con este
blog no les quiero decir que me desagrada que confíen en mí cuando de sus bebés
arcoíris se trata; me encanta
continuamente recibir consejos, comentarios y en ocasiones confidencias,
los agradezco. Pero cuando se trata de mí no me reconforta escuchar algunos
comentarios como “eres joven”, “sigo orando por ti”, “ya vendrá”. Mi corazón se
hace pequeño al tampoco tener argumentos con los cuales validar lo maravilloso
que es tener un bebé en brazos después de tanta tormenta porque los míos sin
lugar a dudas me recuerdan que se encuentran vacíos.
No sé en qué momento las visitas al doctor se
volvieron muy frecuentes en mi rutina, a veces no sé si lo que me invade es el
dolor físico examen tras examen o lo agobiada que se encuentra mi alma. ¡Ansió
con todas mis fuerzas perder mi nombre para que me digan mamá! Cada llegada del
periodo menstrual supone que un mes más con profundo dolor en mi alma no llegó
mi bebé arcoíris me inundo en la tristeza, impotencia y en la pregunta ¿por qué
yo no puedo?
La mayor parte de mi vida creía como se nos suele
instruir que quedar embarazada es tan fácil como que los espermatozoides nadan
velozmente al encuentro del óvulo que se desprenden cada mes de uno de los
ovarios. El que primero llega atraviesa la membrana del ovulo y lo fecunda así
se comienza a gestar una nueva vida humana. Para algunas parejas es tan
sencillo y rápido tener un hijo así de forma inesperada mientras otros intentan
sin éxito hasta la frustración. Ahora sé que no es tan fácil como nos lo hizo
creer la educación basada en el miedo que recibimos mientras crecemos y que el
elemento divino juega un papel muy importante
Despertar duele mucho en ocasiones cuando eres una
mamá en Duelo, una mamá de brazos vacíos. Ojalá todo fuera una pesadilla…hace
un par de meses he decido en especie de acuerdo tácito con mi pareja de no
mencionar el tema no sé cómo ni porqué llegamos a este punto pero hemos de
llevar esto a solas y en silencio cada quien como pueda para no presionarnos
más y enfocarnos en otras metas y a la vez nos sirve en una especie de muro no
solo entre nosotros sino también con el resto del mundo.
A veces este silencio me aprisiona en el pecho y
comienzan la necesidad de gritar a los cuatro vientos lo rota y desgastada que
me siento, que todo es una mierda en este mundo tan injusto, que odio
a todo el mundo. Tengo la necesidad de gritar que yo también quiero ser
madre no sólo de un ángel.
En esta posición es difícil encontrar con quien
hablar es prácticamente imposible. De todos modos gracias por estar para mí
siempre… un abrazo
Te Comprendo, no encontramos explicación para esto que nos esta pasando. Un abrazo !!!
ResponderEliminarKelly lamentablemente somos muchas las parejas que vivimos esta situación en silencio a pesar de todo no debemos perder la fe en que sucederá. Otro abrazo para ti
ResponderEliminarKelly lamentablemente somos muchas las parejas que vivimos esta situación en silencio a pesar de todo no debemos perder la fe en que sucederá. Otro abrazo para ti
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