Hay días que sólo quiero quedarme en casa: en pijama y por supuesto en cama mirando televisión, leyendo un libro o apreciando de una forma nostalgia el silencio que invade la habitación de mi recamara. En la mayoría de ocasiones es imposible -¿les ha pasado?- es que siempre existe esa persona en nuestra vida que logra "incomodarnos" en el buen sentido de la palabra; nos saca de esa apatía que nos invade o en la que nos sumergimos por decisión propia con facilidad -¡debemos admitirlo, aunque sea por una vez en nuestra vida!-
Mi persona: es mi esposo...él es quién me obliga hacer de mis días de descanso algo más que una aventura en la que hasta el mismo aire que aspiro me suele molesta. Siempre me pregunto ¿qué pasa con estos días en que la rutina se paraliza un momento pero también nuestro pensamiento y sentimientos reprimidos por obligación y bienestar social salen a flote con mayor fuerza? ¿Por qué es el tiempo descanso en el que nos permitimos pensar, sentir y hablar de este ser querido que partió?. La respuesta es clara producto de una sociedad que evoluciona a velocidades desconocidas para nosotros en todas las áreas; existen periodos de productividad tan alta que debemos cumplir que no hay tiempo para sentirnos mal, para llevar un luto...porque el dolor, tristeza, el displacer en general no tiene admisión en el siglo XXI.
Al atravesar mi Duelo me queda entendido que NO ES EL TIEMPO QUIÉN VA O SANA MI HERIDA POR LA PARTIDA DE ESTE SER AMADO TODO LO CONTRARIO ES LO QUE HAGO CON EL TIEMPO LO QUE MARCA LA DIFERENCIA AL ENFRENTAR MI PROCESO. Tienes que hacer algo para avanzar; con esto no estoy diciendo que niegues tus sentimientos todo lo contrario aprende a elaborarlos paulatinamente.
Retomando el hilo de la conversación...-¡No sé, si les pasa!-existe en mí después de 6 años esa sensación de vació y la falta de algo o alguien que suele combinarse con lo que nosotras llamamos: LA MATERNIDAD ARCO IRIS. ¿Cómo esas mujeres logran quedar en estado tan pronto? -con el sólo echo de ser tocadas- no lo sé pero provoca en mí una serie de cuestionamientos sobre qué le pasa a mí cuerpo luego me detengo a pensar que ha pasado mucho tiempo desde mi pérdida y que quienes comparten actualmente la emoción de su noticia conmigo no se imaginan que considero que su pérdida fue demasiado reciente para abrazar una nueva oportunidad. Me pregunto que me hace falta...porque el cielo no me concede lo que más anhelo....pienso -¡...y si ya fui madre; y esa fue mi única posibilidad! muchos de mis planes actuales cambiarían.
Se vuelve casi inevitable sentirme como un zombi que simplemente por obligación cumple sus deberes del día pero que por dentro se encuentra desconectada del mundo exterior....pero que hay de las personas que me rodean y demandan mi atención, cuidado y cariño. De la forma más sincera debo pedirles perdón por no ser quién ellos esperan, desean y necesitan en este momento; estoy segura que me he perdido de momentos especiales que no regresaran y también difíciles en los que requerían no solo de mi apoyo sino presencia.
Mi esposo y yo comenzamos a considerar y estar conscientes que para alcanzar nuestra paternidad y maternidad quizás nos espere una serie de procesos y visitas al doctor mucho antes de poder abrazar a nuestra futura promesa: bebé arco iris.
Mamá que quiere ser mamá