Sigo aquí...tan cerca que tus ojos no pueden verme como antes.
No soy imaginación...soy mucho más de lo que alcanzan tus ojos y tus manos.
Soy como las estrellas; que se ocultan bajo la luz del día.
Sin que tú dudes de que siempre están ahí.
Lo hago para enseñarte.
Para que puedas aprender a verme sin mirarme y a sentirme sin tocarme.
Un día me enseñaste tú, ¿recuerdas?
Yo para entonces no veía sólo sentía.
Y jamás dude de que tú estuvieras ahí.
No dudes de mi existencia.
Solo por que no puedes tocarme o abrazarme.
Ahora soy como el viento...acaso dudas de su existencia, cuando te sopla, te roza y ruge; capaz de envolverte en un abrazo, sin que lo puedas coger o tocar.
No lo dudes; no soy tu pasado.
Soy tu presente: aquí y ahora.
No temas en llorar y sonreír.
De tus lágrimas haré un río; donde me bañaré contigo para que jamás te sientas solo.
Con tu sonrisa me secaré la piel bañada dulcemente con cada gota de tristeza derramada por tu recuerdo y tu dolor.
Es mi esencia: mágica y real. ¡No lo dudes!
Voy y vengo
Soy como el sol siempre brillo
No me escondo ni me fui
Solo vivo aquí y ahí
Solo voy al otro lado...siempre vuelvo, sin que nunca me vaya.
Por que siempre estoy
Y nunca me voy.
El niño de la tierna sonrisa
No hay comentarios:
Publicar un comentario