17 octubre 2015

La Culpa y La Ira

    Al enfrentar el Duelo aparecerán muchos sentimientos de culpa, ante diferentes cosas, en momentos y situaciones diversas. Inicialmente podemos ahogarnos en la culpa por haber sobrevivido (estar vivos), la culpa o el remordimiento por posibles errores del pasado ¿por qué hice...?,¿por qué no me di cuenta antes?. Son preguntas incesantes que te atropellan y te ciegan. 

     La sensación de culpa por volver a disfrutar de la vida. La alegría de hoy te parece una traición al dolor, una traición a tu hijo/a o ese ser querido que partió...son sentimientos normales y naturales. Expresarlos te ayudará a dar un paso más en nuestro dolor. 

    Asociado a la culpa sentimos enojo contra todo y todos. ¡No te asustes! forma parte del proceso y del dolor; no significa que seas mala persona, solo estamos atravesando por una situación desgarradora e incomprensible donde vemos las ilusiones rotas y la esperanza desmoronarse. Este enojo no es justo ni injusto sólo debe ser aceptada y nunca negada representa parte de la frustración por la pérdida, por una realidad que negamos aceptar en primera instancia. 

    La clave se encuentra en aprender a canalizar estos sentimientos para que nunca resulten perjudiciales para nosotros mismos o las personas que nos rodean. Identifica las cosas o las formas que te ayudan a descargar estos sentimientos de la forma adecuada; algunas de las formas pueden ser: golpear algún objeto, gritar, hacer ejercicio, poner palabras al dolor, entre otros.  

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