Cada mes trae consigo un recordatorio inevitable de aquel día en el que partiste de este mundo.
Una vez al mes, me siento como una olla de presión que ha venido estando en ebullición. En cualquier momento ésta olla va a estallar, ¡estoy segura! Esto ocurre por la angustia que provoca tu ausencia y la remembranza de los momentos vividos para algunos pocos para mí los suficientes para amarte por la eternidad.
Ruego a Dios me conceda la fortaleza para poder llegar al siguiente momento inclusive mes...solo él con certeza conoce mi dolor y el temor que siento. No me siento capaz de aferrarme a él por lo cual le dejó que sea él quien me sostenga a mí y mi esposo.
Todos los días mis brazos te extrañan pero hoy de forma especial. Hoy no te puedo llorar porque mis ojos se han secado, ya no hay más lágrimas en ellos. En cada bebé te miro y mi corazón se estremece al saber de lo que se pierde.
Tengo miedo de olvidarte. No quiero olvidar tu carita; no lo quiero hacer.
Justamente cada mes por estas fechas me siento sola y mi alma vacía por más que realice actividades no logró alejarte de mis pensamientos.
Mamá de Abigail
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