No hay tiempo determinado para salir adelante, que nadie te apresuré. Hay muchos factores que influyen al elaborar la pérdida desde nuestros recursos internos como la humildado, voluntad, entre otros hasta los externos como las personas alrededor en la forma que nos acompañan.
El pensamiento es uno de esos recursos internos que es sumamente difícil manejar y suele jugarnos malas pasadas ya que suele llevarnos una y otra vez a recapitular la experiencia de la partida de ese ser querido. Solemos repasar en nuestra mente una y otra vez cada detalle de aquellos días o aquel día incrementando la idea de que nos faltó mucho por hacer, que no hicimos lo suficiente y es sólo cuando hacemos un esfuerzo extra humano, extra natural diría yo que ejercitamos a esos pensamientos se contra resten para poder avanzar en el duro camino que nos tocó vivir.
Cada día hay que tomar decisiones que no deseamos comenzado por el hecho de levantarnos, ir de compras, cocinar, regresar al trabajo, atender a un esposo e hijos si los hay, reanudar la vida social o no; son tantas y no parece tan sencillo como antes de la pérdida y el esfuerzo que debemos hacer se ha incrementando cuando antes parecían tan sencillas y simples.
Cada mañana esas decisiones son un reto; solemos pedir fuerzas de lo alto porque cada cosa que hagamos representa el paso siguiente que nos ayudará a transitar el camino del Duelo. Hasta descubrir en que nos hemos convertido porque no somos quién solíamos ser y no conocemos en quién nos hemos convertido...cada día tratando de darle sentido a lo sucedido, recordándoles con mucho amor a través de cada recuerdo compartido.
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